La experiencia es más difícil de ganar que el conocimiento, ya que conlleva haberlo realizado, vivido, sentido o sufrido varias veces. Lo mejor es, por supuesto, una combinación de ambos: se necesita conocimiento y experiencia. El conocimiento nos dirá qué hacer y la experiencia cómo hacerlo.
¿Subiría a un avión sabiendo que el piloto no tiene experiencia? ¿Y si le dijeran que en la evaluación teórica se sacó 100 sobre 100 cambiaría su respuesta? Cuando se trata de seguridad industrial ocurre algo muy similar. La tolerancia a los errores es mínima o nula, las malas decisiones ponen en peligro a la vida de las personas y al medio ambiento solo por mencionar unos pocos.
Capacitación y Certificación. Conocimiento.
El conocimiento es la familiaridad, la conciencia o la comprensión de alguien o de algo, como pueden ser los hechos (conocimiento descriptivo), las habilidades (conocimiento procedimental) o los objetos (conocimiento por familiaridad). Es el que típicamente aprendemos por medio de los cursos de capacitación y certificación.
Certificación de Experiencia. Experiencia.
La experiencia no es otra cosa que haberse enfrentando una y otra vez a gran cantidad de desafíos, de manera que sabe exactamente lo que debe hacer en cada situación. La experiencia permite resolverle a su cliente un problema o superar un desafío en menos tiempo, pero por encima de todo, le evita problemas futuros.
En el ámbito industrial la falta de experiencia posee elevados costos ocultos. El problema de la falta de experiencia.
Cuando nos desarrollamos las disciplinas de seguridad que tienen como objetivo la mitigación o reducción de riesgo a los límites aceptables, aprender de los errores suele ser altamente costoso para alguna de las partes. El problema es que la falta de experiencia conlleva la ejecución incorrecta de actividades que muy posiblemente quedarán ocultas por años, o quizás décadas, aun después de ocurridos los incidentes, ya que no se tiene conciencia de que se está haciendo mal.
Una de los problemas que se ven con mayor frecuencia se encuentra en la interpretación de las normas. Las normas no con libros o novelas que se leen de corrido. Por lo general los requerimientos del principio se conectan y vinculan con los requerimientos del final y las múltiples secciones entre sí. La mejor forma de comprender y entender a las normas es por medio de los cursos de capacitación oficiales con instructores oficiales. Aun así requiere un esfuerzo importante del profesional.
Otro de los problemas que también se observa con mucha frecuencia es que la falta de experiencia en cómo cumplir con las normas. Por ejemplo: comprender las reglas de fútbol, ser un buen observador y comentarista no te convierte en un buen jugador. Esto también requiere de entrenamiento. La transferencia de ese conocimiento de los más expertos hacia los más nuevos resulta de fundamental importancia o más. Los inexpertos se ven fácilmente tentados y empujados por los demás (resistencia al cambio organizacional) a cometer una multiplicidad de errores, muchas veces graves.
Pregúntate nuevamente: ¿Te subirías a un avión sabiendo que el piloto tiene el mismo nivel de entrenamiento y experiencia que tu consultor en seguridad o de quien te está dando un curso de capacitación transfiriendo un conocimiento? Una planta industrial es como un avión. De ello dependen la seguridad de las personas, del medioambiente y muchos otros. Las decisiones de seguridad que se tomen ahora determinarán los resultados que solo se verán o apreciarán con el paso del tiempo, y para ese entonces ya sea muy tarde.
Un programa de capacitación y certificación de conocimiento y experiencia. Programa de Conocimiento y Experiencia.
Por este motivo hemos creado un programa de certificación profesional combinando el conocimiento y la experiencia, donde los profesionales pueden ir adquiriendo ambos. Una profesional con menos experiencia práctica, aprende de otro profesional con mucha experiencia práctica. La experiencia puede ser enseñada y transmitida en la práctica sin la necesidad de que se cometan errores.
